La caminata de dos o más días, también conocida como trekking o travesía, consiste en recorrer senderos durante varias jornadas, cargando equipo esencial como tienda de campaña, alimentos y ropa adecuada para pernoctar en el camino. A diferencia de una caminata de unas horas, que suele ser más ligera y de menor exigencia física, la caminata de varios días requiere mayor planificación, resistencia y autosuficiencia, ya que implica enfrentarse a condiciones cambiantes y la necesidad de gestionar recursos durante el trayecto. Esta actividad es valiosa en programas de aventura y educación al aire libre porque fomenta el trabajo en equipo, la resiliencia y la autogestión, al tiempo que conecta profundamente con el entorno natural. Los aprendizajes incluyen planificación y manejo de recursos, orientación, toma de decisiones bajo presión, y el fortalecimiento del espíritu de grupo. Desde el punto de vista de la gestión de riesgos, es esencial evaluar el clima, planificar rutas seguras, llevar equipo adecuado para emergencias, y considerar el estado físico de los participantes, ya que la fatiga, las lesiones o cambios climáticos repentinos pueden presentar peligros o riesgos significativos al estar varios días en la naturaleza.