Colombia turística: La geografía de un territorio por visitar
Por Danyi Prieto.
¿Por qué merece Colombia ser recorrida y explorada, tanto por aquellos que nacimos acá, como por quienes se plantean la posibilidad de llegar a este territorio desde otros países? Después de alrededor de 15,500 años de asentamientos humanos de cazadores recolectores y de múltiples comunidades indígenas, de tres siglos de control español y dos más de construcción como república independiente, ¿qué es Colombia hoy para un viajero?
Colombia, ya desde su nombre -la tierra de Colón-, hace referencia al descubrimiento de América, un mundo nuevo para los cartógrafos y exploradores europeos. El asombro tuvo que haber sido (y en cierta medida lo es aún) enorme. Después de desembarcar y mapear las áreas de costa, aparece como el único territorio de América del Sur con playas y acantilados tanto en el Mar Caribe, que fue la puerta de acceso de los europeos a Abya Yala, como en el Océano Pacífico, avistado por primera vez por los mismos visitantes veintiún años después del primer viaje de Colón.
Al adentrarse desde las costas, siguiendo las rutas ya establecidas por los grupos indígenas y navegando río arriba, la geografía continental tuvo que resultar, de igual forma, abrumadora: bosques secos, desiertos y ciénagas en la Costa Caribe; montañas interminables, páramos y picos nevados como parte de la gran cordillera andina, bosques lluviosos y densas junglas en la cuenca del gran Río Amazonas y en el litoral del Océano Pacífico, además de las extensas llanuras, sabanas y praderas en la Orinoquía.
La diversa geografía de Colombia, que tanto tuvo que haber deslumbrado a los primeros visitantes es, además de uno de sus mayores encantos y su principal fuente de riqueza, uno de los principales retos para su desarrollo. Los territorios que resultaban impenetrables hace diez, cinco o dos siglos, lo siguen siendo de algún modo hasta el día de hoy. ¿Cómo puede un mosaico territorial tan vasto y diverso ser administrado satisfactoriamente bajo una sola bandera? Un ejemplo claro de las implicaciones de la geografía en la política fue la separación de Panamá de Colombia en 1903. Separadas ambas poblaciones por no menos de 10,000 km2 de tierras cálidas y húmedas (el equivalente al área de los actuales departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander y Norte de Santander, juntos) cubiertas por bosques lluviosos, zonas inundables y algunas cadenas montañosas, el tapón del Darién fue una barrera natural entre el gobierno de Bogotá y la entonces provincia panameña. La descentralización del poder político, el acceso de las comunidades rurales a la educación, la salud y los servicios básicos, así como la infraestructura vial que permita la conexión y promoción de las áreas periféricas del país ha sido y sigue siendo una utopía de la nación.
Además de la configuración del paisaje, otro obstáculo, pero esta vez cultural, ha hecho de la exploración y el descubrimiento del país una tarea dificultosa: la violencia. Durante mucha de la historia de Colombia, los intentos de recorrer el país fueron mermados por el miedo y la incertidumbre. Españoles contra indígenas, azules contra rojos, camuflados contra civiles. El espacio prístino, exuberante y lleno de novedades estaba ahí, entre nosotros, pero era inaccesible.
A pesar de que muchos de estos problemas permanecen vigentes y las condiciones geográficas y sociales siguen aportando retos y reflexiones, en los últimos quince años Colombia se ha logrado dar una oportunidad, de manera que viajar por el país resulta ahora más factible que en muchos años atrás. Las rutas terrestres disponibles, las conexiones aéreas locales y los avances en seguridad, en comparación con las condiciones de hace treinta años, permiten el acceso hoy a por lo menos el sesenta por ciento del país.
A diferencia de muchos de los países vecinos -México, Brasil, Argentina, Costa Rica, Perú y demás-, en donde el turismo es una industria organizada desde hace varias décadas, en Colombia todavía nos extrañamos y sorprendemos cuando escuchamos conversaciones en la calle que no sean en español. Cuando se piensa en el turismo nacional, es claro que incluso para la gran mayoría de colombianos los destinos de sus viajes rara vez incluyen ciudades diferentes a Cartagena, Bogotá y Medellín, o lugares como Villa de Leyva, Barichara, Girardot y otros pocos municipios. Sin embargo, ese panorama ha venido cambiando paulatinamente, de manera que cada vez son más los que deciden aventurarse a llegar hasta el Río Amazonas en Leticia, Ciudad Perdida en la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sierra de La Macarena y Caño Cristales, o a La Sierra Nevada del Cocuy.
Entre otras muchas posibles opciones, una forma práctica pero subvalorada de acercarse a esa rica geografía es a través del Sistema de Parques Nacionales Naturales. En Colombia hay establecidas 59 áreas naturales protegidas, con algunos de los espacios más dramáticos, pintorescos e impactantes del país, que representan 142,682 km2 de la superficie nacional. Las actividades permitidas en algunas de estas áreas de conservación incluyen el senderismo, la investigación y educación ambiental, la práctica de fotografía y video, la observación de flora y fauna, la observación de patrimonio cultural, el buceo y el careteo, y la posibilidad de hospedarse y acampar.
Como una última anotación, es necesario reconocer que recorrer el país, sea tanto yendo a las zonas más remotas en travesías extensas y con grandes preparativos logísticos, como visitando los parques centrales de los municipios más cercanos con el único propósito de probar una comida y realizar un recorrido corto a pie, representa un impacto en las poblaciones locales. A pesar de que el turismo suele traer consigo repercusiones ya bien documentadas que no son exclusivamente positivas, acceder a los servicios de transporte, alimentación, hospedaje y recreación significa apoyar en diversos grados a las comunidades visitadas y promover formas alternativas de desarrollo en una sociedad que siempre lo ha necesitado.
Colombia, un país desconocido para la gran mayoría de colombianos y ciudadanos del mundo, es un destino de viaje que puede representar un salto en el tiempo, la aventura de un territorio inexplorado, el contacto con una civilización aislada, el encuentro con la hospitalidad de comunidades que honran una visita inesperada, el eterno descubrimiento de un Nuevo Mundo.
Sorry, the comment form is closed at this time.
Ben
Un contexto invaluable para ayudar a comprender cómo la historia de Colombia, tanto lejana como reciente, impacta los viajes dentro del país. La exploración en Colombia es atemporal.